11/10/08

LA IMPORTANCIA DE LA MUJER EN EL TAHUANTINSUYU


La mujer tuvo una participación muy activa en la sociedad andina, tanto en la organización sociopolítica como en la ideología religiosa, claro está, el gran papel que cumplió en la vida cotidiana. La presencia de la mujer se consideró como necesaria y complementaria a la presencia masculina, en todo orden de cosas: en el gobierno, en la guerra, en las actividades de culto y en el sistema de parentesco. En los esquemas cosmológicos que elaboraron los incas, lo masculino y lo femenino representaban fuerzas indisociables, cuya complementariedad hacía posible la constitución del orden universal.
LAS DIVINIDADES FEMENINAS:
entre las diosas femeninas destacan: Pachamama (la tierra fecundada), Mama Cocha (el mar), Mama Quilla (la luna), Urpay Huachac (diosa de los peces y aves marinas), Mama Raiguana (de la región central), quien repartió a los serranos y costeños todas las plantas alimenticias, cada una de acuerdo con su medio ambiente. Con menor rango aparecen las conopas, que personificaban a los espíritus de las diversas plantas cultivadas; por ejemplo, Mama Sara (maíz), Mama Acxo (papa) y Mama Coca (coca).
LA MUJER EN LOS MITOS:
Sarmiento de Gamboa, indica que Mama Huaco "mujer fortísima y diestra", fue la portadora de la vara fundante del Estado Incaico. Fue quien tomó posesión de las tierras de la antigua aldea de Acamama.
Para Guaman Poma, Mama Huaco era una mujer varonil, hechicera, que hablaba con las peñasm cerros y lagunas, y que por eso ejercía una gran influencia sobre la gente e inspiraba temor. Indica, Guaman Poma, que Mama Huaco, capturó a un lugareño y abriéndoles el pecho con un tumi, para luego sacarle los bofes y soplar en ellos. Este hecho, aterró a sus contendores e hizo que huyeran del campo de batalla, permitiendo así a Manco Cápac y sus huestes ocupar el lugar (Valle de Acamama).
Es evidente en los mitos fundacionales del Tahuantinsuyu, la presencia de dos arquetipos femeninos: la figura varonil de Mama Huaco, la cual se opone a la imagen maternal de Mama Ocllo. La mujer gerrera, osada y sanguinaria frente a la mujer sumisa y subordinada, dedicada mayormente a la agricultura y el tejido.
LAS CURACAS DE LOS ANDES:
En la guerra contra los chancas, aparece la figura protagónica de una mujer que era curaca o jefa de un señorío, nos referimos a Chañan Cori Coca, quien se enfrentó a los chancas. logrando que se retiren de su barrio (Chocos Cachona).
Contarhuacho (esposa de Huayna Cápac), recibió el título de curaca de Hanan Huaylas. y Lurin Huaylas, perteneció a otra mujer llamada Añas Colque. Contarhuacho fue madre de la doncella Quispe Sisa, quien luego fue entregada por Atahualpa a Francisco Pizarro, en Cajamarca. Al ser bautizada, tomó el nombre de doña Inés Huaylas Yupanqui.
LAS MAMACONAS:
Eran sacadas de sus lugares de origen para llenar los acllahuasi. Al margen de las hijas o hermanas de los incas, quienes disfrutaban de una situación de privilegio, las demás mujeres del Tahuantinsuyu significaban para el Estado fuerza de trabajo para la fabricación de textiles, la preparación de bebidas para los ritos, y una provisión de esposas para cuando el soberano deseaba congraciarse con determinados curacas. (más sobre el tema, ver artículo sobre la Acllas en el Tahuantinsuyu).
LAS SACERDOTISAS Y SACRIFICADAS:
Pedro Pizarro, narra en su crónica, haber visto a un ídolo femenino en Apurímac, cuya sacerdotisa se llamaba Asarpay y para que no la capturasen, la mujer decidió lanzarse a un abismo.
En Cajamarca (Otuzco), consideraban a la Luna como la guardiana de los alimentos y los vestidos, y era adorada por las muejres. En el Coricancha (Cusco), la Luna tenía un aposento especial y sus sacerdotisas pertenecían a la élite femenina cusqueña.
En el mundo andino se realizaron sacrificios humanos, aunque restringidos a acontecimientos importantes como el advenimiento de un soberano, la muerte del Inca, el inicio de guerras, el flagelo de epidemias y desastres naturales. Por ejemplo, cuando el Inca se ceñía la mascapaicha se escogía a más de 200 niños, entre 4 y 12 años de edad. Estos eran separados en parejas y preparados para ser sacrificados como ofrendas al Sol, el Trueno, la Luna, la huaca Huanacauri.
También, se sacrificaban doncellas, como el caso de Tanta Carhua, hija del curaca de Ocros, de 10 años de edad, quien fuera enterrada viva en una cámara subterránea. Estos sacrificios humanos eran conocidos como Cápac Cocha.
LA DAMA DE AMPATO: un grupo de sacerdotisas sacrificaron y enterraron con los más altos honores a una joven mujer, quien fue entregada a las fuerzas telúricas y atmosféricas en señal de alianza y devoción religiosa.

Como podemos ver, la mujer en el mundo andino, fue fundamental, en todos los aspectos de la sociedad, tanto es así, que el el pilar del desarrollo del Estado Inca, como es la agricultura, las mujeres participaron activamente durante la campaña agrícola, vigilando las sementeras, y ayudando en el riego y en la cosecha de los cultivos.