12/8/08

LOS ÚLTIMOS INCAS DE VILCABAMBA


A la muerte de Manco Inca en 1544, la Mascapaicha quedó por repartirse entre sus tres hijos: Sairi Túpac, Túpac Amaru y Titu Cusi Yupanqui, heredando la borla en primer lugar Sairi Túpac.
SAIRI TÚPAC:
El virrey Andrés Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, lo invitó a ir a Lima para entrevistarse con él, contestándole el joven inca con seis indios mensajeros, se hicieron los tratos del caso y Sairi Túpac aceptó ir a Lima. El joven inca entró a Lima en el anochecer del 5 de mayo de 1558 con un sequito de 500 indios principales, salieron a recibirlo el virrey Hurtado de Mendoza y la Audiencia, también varios funcionarios.
En el palacio virreinal le prepusieron hacerse vasallo de emperador Carlos I, cosa que el Inca aceptó exponiendo que lo hacía para propiciar el buen trato a los indios y que se acabaron, en lo posible, los abusos contra estos. después retornó a Jauja, luego a Huamanga, llegando al Cusco, se bautizó y tomó el nombre de Diego, luego pasó a vivir al palacio de Yucay, pero allí lo sorprendió la muerte en 1560.

TITU CUSI YUPANQUI: El inca cronista.
Cuando conoció la muerte de Sairi Túpac, el príncipe Titu Cusi Yupanqui, desplazando a su hermano Túpac Amaru, aquién encerró en el acllahuasi de Vilcabamba-se autoproclamó inca de los Cuatro Suyus, mostrándose rebelde en grado sumo, se constituyó en el terror de los mercaderes viajantes. Más de diez años permaneció en esta agresividad actitud. Su desgracia era no contar con demasiados guerreros, por estar todos los territorios repartidos y vigilados por los españoles.
El nuevo virrey, Diego López de Zuñiga, conde de Nieva, no consiguió someterlo, su sucesor Lope García de Castro, que solo tuvo título de gobernador, tampoco lo logró. Sin embargo, cuando Fray Marcos García y el mestizo Martín Pando visitaron al Inca en Vilcabamba, el monarca les dictó una relación sobre cómo él entendía la historia de los incas y la conquista (invasión) española, la que otorgó como Diego de Castro Titu Cusi el 06 de febrero de 1570. Era el nombre con el que se había dejado bautizar en el pueblo de Rayangalla, por los frailes agustinos, el 28 de agosto de 1568.
Lope García de Castro, fue reemplazado por el virrey Francisco de Toledo. Este último escribió una carta al inca, el 16 de octubre de 1571, invitándolo a salir y entrevistarse con él, pero Titu Cusi nunca lo contestó; murió con vómitos de sangre en el pueblo de Pucyura. Los indios exigieron al único agustino que había quedado en Vilcabamba, fray Diego Ruiz Ortíz, que lo resucitara, pero como no pudo hacerlo, lo mataron cruelmente.
Indignado el virrey Toledo, por el hecho de que el Inca no le contestaba, tomándolo a desaire y culpándolo de la muerte del mensajero Atiliano de Anaya, le declaró la guerra ignorando su deceso. Entonces fue que los guerreros de Vilcabamba, al encontrarse acéfalos, proclamaron inca a Túpac Amaru sin noticiar a nadie de ello.

TÚPAC AMARU: Fin de la resistencia incaica.
Muerto Titu Cusi Yupanqui, fue proclamado nuevo inca Túpac Amaru, y es a fines de octubre de 1571 que se conoció la verdad, pero el virrey Toledo siguió con su plan de ataque a los incas.
Pregonó la campaña el Domingo de Ramos de 1572. Nombró por capitán general a Martín Hurtado de Arbieto, quien quedó a mando de todo. Hurtado de Arbieto partió de la ciudad del Cusco en mayo o junio de 1572. Al frente de sus hombres entró en el pueblo de Yucay y tomó el puente de Chuquichaca, sobre el río Vilcamayo. El héroe de la resistencia en aquel lugar fue un capitán del inca al que la historia recuerda solamente como Huallpa, quien murió causando admiración entre sus enemigos españoles. Se asedió luego la fortalecilla de Huaina Pucara, la que se capturó el 21 de junio, siguiéndose a Panguís, donde se halló una resistencia más decidida. Finalmente, sin embargo, Hurtado de Arbieto entró en Vilcabamba que fue tomado el 24 de julio.
Túpac Amaru escapó hacia los Manaríes en unión de sus mujeres e hijos, protegido pos unos pocos guerreros. Se lanzó en su persecución el capitán Martín García de Loyola, pero los guerreros incaicos lograron defender la retirada de su soberano. Sin embargo, con mucho esfuerzo los españoles consiguieron romper el frente y atravesar un caudaloso río, alcanzando a Túpac Amaru con sus mujeres e hijos, tomando a todos sus prisioneros.
Llevado cautivo al Cusco, Túpac Amaru fue condenado a muerte por traidor a la Corona, por rebelde y por no haberse rendido a tiempo. Lo de la traición se explicó porque su hermano Sairi Túpac había jurado vasallaje al emperador Carlos I y se entendía que lo había hecho en nombre de todos los príncipes incaicos.
Se le decapitó en la Plaza Mayor del Cusco en 1572, con la muerte de Túpac Amaru terminó una guerra de resistencia que había durado 36 años desde que Manco Inca la iniciara sublevándose en el Cusco contra Hernando y Gonzalo Pizarro.
Los incas de Vilcabamba cerraron con verdadero broche de oro la guerra andina del Perú. No hay otro caso similar en América. La muerte de Túpac Amaru significó un baldón en la actuación política del virrey Francisco de Toledo, quien en su mentalidad estricta y rigorista, se negó a remitirlo prisionero a España.