La creación de la Confederación Peruano-Boliviana, fue aceptada de muy buena manera por la sociedad cusqueña, con la finalidad de recuperar la hegemonía perdida en la colonia. Precisamente, en la ciudad de Sicuani (Cusco), durante los días 16 al 22 de marzo de 1836, se reunieron los representantes de los departamentos de Arequipa, Ayacucho, Cusco y Puno, con la finalidad de constituir la República Sur Peruana, como parte integrante de la Confederación Peruano-Boliviana, declarando como capital de éste Estado a la ciudad de Cusco.
El 10 de abril de 1836, el presidente del Perú, Luis José de Orbegoso y Moncada, mediante decreto supremo, reconoció la formación del Estado Sur Peruano, como "Estado libre e independiente", siendo nombrado como Supremo Protector a Andrés de Santa Cruz.
Ante, este acontecimiento, Cusco, se vio beneficiado como capital del nuevo estado, convirtiéndose de esta manera en el centro comercial de la región sur.
Finalmente, la confederación tuvo vigencia hasta 1838, debido a intereses políticos políticos de los gobernates de ese entonces, al centralismo limeño y a la constante inestabilidad política existente en todo el territorio peruano y del Alto Perú. Es así que, el 15 de agosto de 1839, por decisición tomada en el Congreso de Huancayo, los departamentos de Arequipa, Ayacucho, Cusco y Puno, retornaron al seno de la República del Perú.
El 10 de abril de 1836, el presidente del Perú, Luis José de Orbegoso y Moncada, mediante decreto supremo, reconoció la formación del Estado Sur Peruano, como "Estado libre e independiente", siendo nombrado como Supremo Protector a Andrés de Santa Cruz.
Ante, este acontecimiento, Cusco, se vio beneficiado como capital del nuevo estado, convirtiéndose de esta manera en el centro comercial de la región sur.
Finalmente, la confederación tuvo vigencia hasta 1838, debido a intereses políticos políticos de los gobernates de ese entonces, al centralismo limeño y a la constante inestabilidad política existente en todo el territorio peruano y del Alto Perú. Es así que, el 15 de agosto de 1839, por decisición tomada en el Congreso de Huancayo, los departamentos de Arequipa, Ayacucho, Cusco y Puno, retornaron al seno de la República del Perú.